El jade verde simboliza pureza, serenidad, sabiduría, equilibrio y buena fortuna, siendo venerado en culturas orientales, mayas y aztecas como un amuleto protector que atrae la armonía y la calma. Se asocia con el chakra del corazón, promoviendo la curación emocional y la conexión con la naturaleza. Además, se le atribuyen propiedades para mejorar la piel, estimular la circulación y aliviar el estrés.